jueves, 27 de noviembre de 2008

LOS PREVENIDOS

ELIAS ROJAS PAREDES
25 de Novembre del 2008
“Existe el criterio erróneo desde luego,
de que acceder a los cargos de dirección
es una suerte de privilegio que hay que disputar,
y no una selección de los mejores cuadros,
con experiencia, dinámicos,
para ejercer esa responsabilidad.
Por esa razón se ha instalado el método de las “correlaciones”,
del “serrucho”, opuesto a la tradición revolucionaria…”
Patria Roja Octubre 2008, pág. 8


Desde el atentado a las torres gemelas se instalo en el imperialismo el concepto de guerra preventiva, es decir adelantarse al enemigo para aniquilarlo. Emulando tal vez a la película de Ton Cruise “sentencia previa”, donde se detecta al criminal antes de que cometa el crimen. Pues bien siendo este un concepto nuevo en la jerga política no lo es en la practica, digamos que la izquierda lo perfecciono.

Es conocida esta practica como aquella de preocuparse en controlar las comisiones organizadoras, se dicen: “si tienes la comisión organizadora ya tienes el 50%”. Esto es tan común en los sindicatos, los gremios, federaciones que se ha convertido en parte de tradición, pasando a ser un elemento natural.

Esta es una característica del espontaneismo, es decir la conformación del grupo -la “aristocracia obrera”-, que se independiza de la base, que juega en función de sus intereses y que tienen un entorno formado por el clientelismo. Juegan con el discurso radical, reivindicativo, para ellos gobernar es lucha armada, se sienten propietarios de la organización a la que pertenecen y justifican su accionar en que son históricos, que han entregado su vida y más concretos gritan:”que su trabajo no se lo van a entregar a nadie”. Estos son los PREVENIDOS.

Su practica se desenvuelve en el desprecio a la democracia y a la renovación, no son lideres son caudillos, caciques, que reproducen la vieja política criolla. Construyen sus fieles con el ejercicio del poder que tienen, donde se aprovecha la necesidad como instrumento de sometimiento. Para ellos dejar el poder significa perder el usufructo de los recursos de la organización, perder la posibilidad de ser candidato, perder el “cariño” de los afiliados, perder las cuchipandas en las esferas del poder político, perder la posibilidad de blanquearse, perder la posibilidad de ir a vivir a un barrio pituco.

Por ello los prevenidos se adelantan, saben que son aborrecidos, pero ese es un sentimiento inorgánico, sin dirección, por tanto fácilmente derrotado. Entonces, adelantarse significa controlar los resortes que le permitan continuar usufructuando el cargo, sin embargo a pesar de tener una gran clientela -a repartido puestos de trabajo y otros- no confían, se dicen: si quieres que algo salga bien, tienes que hacerlo tú mismo”, por ello el se impone en la responsabilidad. No importa que todo lo acordado por su organización sea contrario a su practica, lo que importa es la victoria y con ello se negocia.

Su voracidad se incrementa en momentos electorales, no solo esta en juego su candidatura, sino el placer de digitar, de imponer a sus incondicionales y de cómo se acomoda a su familia.

Lenin diría que es la política de la burguesía en el movimiento obrero, en realidad es mucho peor, es la degeneración del movimiento social, donde los operadores políticos del sistema tienen un peso mayor y las fuerzas de la renovación aún son incipientes, estamos viviendo el predominio de mercenarios, que usufructúan el movimiento social para venderlo al mejor postor. Estos son los que aplican la política de mercado en el movimiento social: sino pueden controlar una organización, la paralelizan, crean otra o simplemente la destruyen.

En este escenario los prevenidos terminan siendo funcionales a los operadores políticos del sistema. Los prevenidos sirven de contención del movimiento social, para que los segundos, llenen el vació y hagan buenos negocios, no se pelean, si lo hacen solo es retórica. Se pueden decir que existe un acuerdo tácito de respetar sus espacios.

Ahora, construir una alternativa, centralizar el movimiento social y ser gobierno, solo puede pasar por acabar con estas prácticas nefastas. En el seno de la izquierda esta instalada esta practica de los preventivos, donde controlar es sinónimo de destrucción de la organización, de legitimar burocracias irrepresentativas, de convertir en cascarones los sindicatos, gremios, etc., donde lo único que queda es el nombre. Esto requiere un compromiso de renovación que no solo debe traducirse en el movimiento social que se dirige, sino también en las vanguardias de la izquierda. Solo así se podrá derrotar a los operadores políticos del sistema, oponiendo la renovación y la consecuencia.

AQP 25nov2008